Querida Chechu

Mientras se enfría el mate cocido que tengo sobre mi escritorio, hago un pequeño momento para escribirte y retomar comunicación contigo.

En tu última carta me decías que tu marido se había ido de tu casa. 
Espero y deseo que la situación de tranquilidad continúe y él no haya decidido regresar. 
Sería interesante que cambiaras la cerradura de la puerta y si disponés del dinero necesario también colocar unas buenas rejas para evitar que penetre al jardín y pueda llegar a molestarte o dañar las plantas en su habitual estado de borrachera.

Muy sabias tus palabras: todo llega en esta vida. Y ahora te ha llegado por fin el momento de vivir sin ese viejo mandón a tu lado. Podrás progresar y realizar todos tus sueños, hasta el de poner la peluquería en el garage como siempre quisiste.

Hablando de proyectos, tengo uno muy lindo que contarte: me abrí un blog.
Estoy muy contenta. Es lo que necesitaba para darle un verdadero sentido a mi existencia.
Sabés muy bien que mi vida transcurre en su mayor parte en este subsuelo del correo, donde trabajo hace cuarenta y tres años. Que como gracias a Dios no me he casado ni he tenido hijos, ni perro que me ladre, mi vida es y ha sido siempre mi trabajo. 
Necesitaba algo que me hiciera sentir entusiasmada y por fin lo he encontrado.

Desde hace tiempo que tenemos internet en las computadoras del archivo, siempre nos preguntábamos con mi amigo Emilio para qué nos habrán puesto internet, si acá lo único que hacemos es pasar las cartas de las bolsas a las cajas. 
Hoy confirmo con mucha alegría que todo es por algo: gracias al internet me aburro menos, encontré el camino del blog para compartir mi pasión personal y seguramente conoceré gente muy interesante.

Recordarás mi hobby de coleccionar cartas, querida Chechu. Te cuento que al día de hoy ya tengo más de siete mil cartas, clasificadas según su contenido y ordenadas por fechas.
Tengo siempre el cuidado de fotocopiarlas y volverlas a su sobre correspondiente para que lleguen a destino, para que nadie se quede sin recibir sus noticias por acrecentar mi colección privada. Cuidado que mi amigo Emilio no tiene ni le interesa, aunque sería imposible ya que su colección es de estampillas.

Estos últimos años, incluso, logré con paciente trabajo varias series de cartas con sus sucesivas respuestas, lo que me ha permitido seguir esas historias en el tiempo. 
Hay que ver lo loca que está la gente, si te contara no me lo creerías. Bueno, ahora podrás enterarte, porque en mi blog iré publicando las cartas de mi colección privada para compartirlas con todos los que se interesen en este maravilloso arte.

Cumplo mi sueño de que mi valiosa colección de cartas, luego de años de meticulosa manipulación del vapor para abrir esos sobres y dedicación amorosa para su clasificación y encuadernado, sean presentadas al mundo. 
Ahora saldré de esta existencia gris para que se sepa que tengo un alma apasionada y expondré el fruto de mi pasión en la blogósfera.
No será en un museo, como siempre había anhelado. Hoy creo que este medio tiene la gran ventaja de que llegará a todos los rincones del planeta.

Para ingresar a mi blog tenés que entrar en esta dirección:

http://quema-esas-cartas.blogspot.com/

Si no te das cuenta cómo hacerlo decile al hijo de Eduardo que te explique, que él entiende mucho de computadoras.

Querida Chechu, me despido de vos esperando que te encuentres muy bien de salud y gozando la libertad merecida. Espero tus visitas en mi blog.
Un abrazo con todo mi cariño de siempre, y mis saludos a la gente buena que aún quede en el pueblo.